"Son dos portentos físicos, ejemplo puro de raza negra", dicen los preparadores físicos del Barça al referirse a Touré (Sokara, Costa de Marfil, 1983) y Keita (Bamako, Malí, 1980). No hay nada despectivo en el comentario, "es simple cuestión genética".
La evidencia habla por sí sola de dos jugadores pétreos, de músculo poderoso. Enorme el marfileño, 1,91 metros y 90 kilos; alto y fibrado el de Malí, 1,83 metros y 77 kilos. "Tienen calidad", les definió Begiristain, el director deportivo, en la presentación de ambos. "De lo contrario, no estarían en el Barcelona", remarca Gudjohnsen. En ésas, aparece Guardiola y les echa el freno de mano a los dos jugadores africanos. "Corréis demasiado", les dijo. Y les puso un vídeo de dos minutos. En imagen, cuatro jugadas mal resueltas y un par bien hechas. "Si el vídeo dura más, el jugador no lo asimila. Cada jugada son 10 segundos", explican desde el cuerpo técnico. Objetivo: que entendieran gráficamente lo que repiten cada día. "Posicionarse bien es básico. Llegas a todas partes y el desgaste es menor", conviene Márquez.
Ya lo dijo Luis Fernández, cuando ejercía de guardaespaldas de Platini en la inolvidable Francia de los 80: "La gente pensaba que me pasaba el partido corriendo y por eso llegaba a todas. Es mentira, corría poco, lo justo. No llegaba, estaba". En ese camino ahonda cada día el cuerpo técnico. "Posición, posición", insiste Guardiola en cada entrenamiento. "No hay día que no lo recuerde", reconoce Xavi, que como sus compañeros parece agradecido de que cada sesión, cada ejercicio, esté justificado. "Todo tiene sentido y no hacemos nada porque sí", celebra el mejor jugador en la pasada Eurocopa. "Realizamos muchos juegos de posición, es básico", reconoce Tito Vilanova, segundo técnico; "porque a mejor posición, mayor es el orden del equipo y menor es el desgaste". Guardiola sigue a lo suyo: "Posición, posición".
Arrigo Sacchi, para trabajar la zona, obligaba a los jugadores del Milan a bascular atados con cuerdas. El actual seleccionador de Chile, Marcelo Bielsa, al menos en su época en el Espanyol, parcelaba el terreno de juego durante las prácticas con la misma idea: que los futbolistas memorizaran los límites de su zona. Guardiola no llega a tanto, pero insiste igualmente en que sus jugadores respeten distancias y posición convencido de que el equipo se beneficia. No dispone de muchas horas para trabajarlo, así que a veces basta con unos ejercicios durante el entrenamiento o una sesión de vídeo de dos minutos y medio y una charla de cinco.
"Nadie gana sin correr, en ese sentido es evidente que el equipo está respondiendo bien", advierte Vilanova. "Físicamente estamos bien. Pero correr por correr es un error y cuando juegas ordenado, es más fácil evitarlo". Si Keita juega donde debe, basta con desplazamientos de 20 metros para pisar área o dar apoyos defensivos al medio centro y al lateral. 20 metros, es suficiente. Y a Touré, tres cuartos de lo mismo: 20 metros atrás y se incrusta entre los centrales, 20 hacia delante y pisa el balcón del área, y a izquierda o a derecha, cubre las espaldas de los laterales. La receta sirve para cualquiera que juegue de volante o medio centro. Keita y Touré alternan con Busquets la presencia en la medular. Ya lo dijo Rexach: "Correr es de cobardes". O de poco listos. Touré y Keita ya lo saben. Guardiola se lo explicó en vídeo.
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