Escrito por Jordi Garcia para Futsalsur
lunes, 25 de mayo de 2009
La temporada se acaba, atrás quedan muchos meses de partidos, goles, jugadas espectaculares y ahora tan sólo resta que todo termine para finalizar la temporada.
También queda la satisfacción para unas personas que siempre trabajan en la sombra y de los que poco se habla sobre su manera de jugar y que sin ellos esto nunca seria posible. Estas personas son los presidentes, directivos y personas que en silencio trabajan para conseguir la gasolina que mueve nuestro deporte. Esta gasolina sirve para poder disponer de jugadores, entrenadores, etc y sin ella se marca la diferencia entre el deporte amateur o profesional de quienes lo practican, y pocas veces de quienes lo dirigen.
Sabemos mucho de tácticas, o sabemos siempre lo mismo que nos enseñan siempre los mismos del mismo director de orquestra, pero poco sabemos de las finanzas de los equipos y eso es una cosa que es extraño nadie nunca pregunta o le interesa. Creo que mucha gente pregunta de donde sale el dinero del fútbol sala o cuanto cobra este o el otro, que cláusula se ha pagado, o no, resumiendo como se financian los Clubs.
Toda esta introducción, viene por unos comentarios que efectuó recientemente un presidente de un conocido club de fútbol donde aseguraba que el futuro del fútbol es aterrador y quien no esté preparado se condenará sin remedio a la desaparición. Pero vayamos por partes.
Un presupuesto de un Club de fútbol o baloncesto se compone de varios segmentos de ingresos que hacen que la viabilidad del equipo sea una realidad y conforman el objetivo deportivo a lograr. El más importante sin duda se refiere a los ingresos por televisión. Podríamos también tener luego un paquete donde entran sus ingresos de marketing, publicidad en la camiseta, la estática del campo, patrocinadores varios, etc, y luego una parte también importante la venta de entradas y abonos, aunque esa parte antes de la llegada de las teles era la principal y ahora es la que marca diferencias. A mismo ingreso televisivo entre dos clubs, y suponiendo que también lo sean sus ingresos de publicidad, la capacidad de un estadio marca las diferencias en una misma gestión debido al número de sillas que tiene, es obvio.
Si nos vamos al baloncesto vemos que su estructura es casi igual, aunque empieza a ganar protagonismo el patrocinador principal y como no, las subvenciones que llegan en forma de ese mismo patrocinador o directamente por una afinidad política o por un baremo de clasificación. Aquí gana el poder llenar constantemente el pabellón como uno de los patrimonios que se deben conservar de una manera fiel y por ende poder llegar al corazón de la ciudad en cuanto a representividad. Eso nos hace comprender porque es difícil que en una misma ciudad puedan converger un equipo de fútbol y uno de baloncesto. Ya que el pastel es corto no dando para todos y por tanto la convivencia se convierte en una supervivencia.
Ahora con la crisis las instituciones están recibiendo una bajada de sus ingresos que está afectando de una manera descomunal a la sociedad, se me antoja que ese grifo se va a cerrar porque no veo a un ayuntamiento negociando al alta una subvención mientras sus empresas están a la deriva pidiendo ayudas. Por tanto eso al fútbol no le va a perjudicar, al baloncesto en algunos clubs seguro y a los clubs que su mayor argumento y patrimonio económico sea ese, mal lo tienen.
Tema televisión. Ellas se nutren de las empresas y su publicidad, por tanto tarde o temprano eso también les afectará provocando que lo que se recibía mengüe a no ser que se cree una liga europea que proteja a los clubs poderosos. No olvidemos que la publicidad va en función del alcance de los teleespectadores que reciban la señal. No es lo mismo una televisión local, que una regional, que una estatal y finalmente una europea o mundial. Sin olvidarnos que alguna dará el primer paso hacía Internet sin dudarlo. Una liga europea puede ser la salida para el fútbol o baloncesto en algunos de sus equipos, los que puedan subsistir a las primeras envestidas de la falta de recursos iniciales y que va a provocar sin duda un filtro de entidades deportivas.
Entradas. Las campañas son agresivas y el espectáculo una garantía, pero la cultura de los precios va a marcar la diferencia. En fútbol la cultura del aficionado es pagar y mucho, aunque eso signifique ir pocas veces si el bolsillo es apretado e ir muchas sino no lo es. Pero el espectador de fútbol sabe que mínimo debe dejarse 20-60 euros en un partido, caso de precio mínimo. Para el baloncesto eso ya cambia un poco y las diversas fórmulas que existen logran llenar los pabellones de la ACB y son quizá el modelo a seguir en cuanto a inventiva de promociones, etc. que harán que aún investiguen más en ese campo para poder seguir con el mismo ritmo e ingresos de entradas. A pesar de esto el mismo presidente que decía que nos espera un futuro aterrador reconocía una bajada de entradas del 30 por ciento.
Patrocinadores. Si una empresa no funciona ya puedes llamar a su puerta que abrirla la abren, pero evidentemente no veo a nadie que tenga problemas para llegar a final de mes y invierta su dinero en irse de vacaciones quince días a Playa Bávaro. Por tanto siniestro futuro se cierne sobre los patrocinadores. Y eso sin tener en cuenta que ahora se abre la veda de poder escoger en que deporte puedes invertir a dejar de existir más empresas con ganas de patrocinios. Ahora por poner el ejemplo una empresa tiene más fácil conseguir lucir su logo en una camiseta de un grande porque seguro deberá competir con muchas menos empresas.
Otra fuente de ingresos que dispone el fútbol está en sus jugadores. Muchos clubs vendiendo jugadores en otros mercados o clubs más poderosos equilibran sus números y esto, en baloncesto y fútbol sala no sucede.
Como podemos ver las finanzas son las que son, y en eso el fútbol sala debe amoldarse y empezar a trabajar para el futuro que se le avecina. No olvidemos que el presupuesto de cada club es diferente y no es lo mismo intentar llegar a tres millones de euros que a uno, o a uno y medio.
El presidente de ese club decía que la gestión profesional y sobre todo de su patrimonio era una de las bases para poder seguir adelante con jugadores menos conocidos, fichajes de menos relumbrón, política de cantera y el “nombre” se cambiaba por el rendimiento. Y hablando de patrimonio los clubs de fútbol que disponen de él, siempre tienen ese pedazo de bala de cañón en la recámara.
Ahora si miramos los clubs de fútbol sala vemos que sus finanzas dependen de un patrocinador, subvención y de pocos detalles más. Poco o nada de la venta de sus entradas, nada de televisión y la falta de ingresos de esas partes se ha intentado suplir en algunos casos en la formación de escuelas que generen ingresos por parte de sus alumnos y si hay suerte, de jugadores para el primer equipo. Sobre el patrimonio ni tan siquiera en época de vacas gordas, nadie pensó en comprar (o pedir como compensación o parte del pago del patrocinador) unos pisos para la legión de brasileños, que ahora alquilados a gente normal generarían al club unos ingresos fijos.
Hay poco o nulo marketing, hay poca o nula prensa, hay poca o nula capacidad de integración en la comunidad y por tanto no sólo se debilita al Club sino que puede provocar que otras entidades de otros deportes ataquen a las instituciones para lograr esa parte del pastel que disponía.
Espero que reflexionemos sobre el tema, porque una cosa está clara. Esto va a afectar a todos, clubs, entrenadores, jugadores y los que ya han recibido son los espectadores y patrocinadores que junto las instituciones al no tener asegurado su presupuesto anualmente ya han respondido de una manera u otra en función de cómo les ha afectado la crisis.
No seria descabellado que algunos deban volver a compaginar trabajo con el juego, o que las sesiones de la mañana se cambien por un sitio de trabajo logrado por algún patrocinador (¡Qué idea ¡), eso si, mucho me temo que en este caso la obligación de asistir tanto al trabajo como al entrenamiento deberá ser llevado con mucha formalidad, ya que irá el sueldo con ello.
¿Y podemos esperar que alguien al estilo del Gobierno nos subvencione el cambio de coche o inyecte liquidez a nuestra entidad si esta va mal?, Una manera de hacerlo seria bajando las cuotas, seguros, inscripciones, etc Este seria el primer paso para ayudar a los clubs que tantos y tantos años llevan trabajando para nuestro deporte. Porque para según que cosas y personas parece que la crisis no les afecta… mientras haya clubs dispuestos a competir me temo que así seguirá.
Jordi García Mayo 2009
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