19 de Julio de 2010 | Miguel Rodrigo (Técnico granadino y actual seleccionador de Japón)
Fútbol sala en campo grande
El concepto de “fútbol total” (*) significaba hasta ahora que unos holandeses, allá por 1974, encabezados por el inigualable Cruyff, podían jugar en cualquier posición; todos jugaban de todo y el sistema no se resentía. A la hora de definir el fútbol de España desde la pasada Eurocopa hasta el recién finalizado Mundial, tenía dudas entre calificarlo con el continuista término fútbol total o crear otro nuevo que definiese algo que sinceramente hasta hoy no había visto jamás, ni en vivo, ni por televisión, ni en internet. Así que vista la exquisita concepción del juego de los nuestros, por qué no llamarlo “futbol sala de 107x72 metros”, diferenciado de nuestro fútbol sala de 40x20. Me explico:
El futbol sala se caracteriza por:
- El gusto por la posesión del balón
- La paciencia en la elaboración durante la fase ofensiva
- La rotación entre las distintas posiciones de juego
- El intercambio de roles durante un mismo partido
- El juego entrelineas (**)
- Los apoyos continuos y variados al poseedor del balón
- La movilidad sin balón (***)
- El cambio del punto de ataque o, dicho de otro modo, la distinción entre el lado abierto o cerrado de la defensa durante una misma posesión de balón.
- Los pases-asistencias dentro del área salvando la regla del fuera de juego
- Esos “giros de tobillo” en las inmediaciones del área para dar un “pase filtrante”, de gol, desechando el egoísmo típico de un atacante de futbol que, como ‘huele’ la portería, sufre un ‘eclipse visual’, ya sea solar o lunar, que hace que retroceda a la infancia futbolística, donde el balón es suyo y solo suyo y él decido quién juega a su lado.
- La existencia del segundo palo para finalizar
- La defensa organizada en presión alta con el fin de robar rápido, contraatacar y dificultar la maniobra atacante
- La utilización de la suela (****)
- etc…
Bien, por primera vez desde que veo fútbol compruebo con enorme placer que todo aquello que identifica a mi deporte es aplicable letra a letra a nuestro hermano mayor, el futbol, y eso es mérito al 99% de una nueva generación de “futbolistas-futbolsalistas” que practicaron fútbol sala y fútbol 7 como progresión hacia una carrera de ‘stars futbolísticos’. Pero no sólo es mérito de ellos, sino también de sus entrenadores y, sobre todo, de preparadores físicos específicos del fútbol salidos de las facultades de Educación Física, que han dotado de cientificidad a este deporte tan rudimentario en muchas de sus estructuras.
Siempre defendí y defenderé que el fútbol sala como inicio en las edades tempranas y la aplicación de la filosofía de entrenamiento del fútbol sala de alto nivel (entrenamiento en situaciones reducidas para aplicación en espacios más amplios, juegos simplificados, la toma de decisiones inteligente y rápida, la lectura de juego en estados de tensión y estrés, etc…) sirven para crear, antes de nada, mejores y más formados jugadores de fútbol y, por extensión, jugadores de fútbol sala capaces de ser los mejores del mundo durante los últimos años, como nuestro equipo nacional.
Y como fútbol es fútbol, y el futbol es así, concluyo haciendo una referencia casi bíblica que nos viene bien para los tiempos de crisis territorial que corren:
“QUE LO QUE EL FÚTBOL UNE, NO LO SEPARE EL HOMBRE”
(*) Fútbol total es un sistema de juego empleado en el fútbol en el que un jugador que se mueve fuera de su posición es sustituido por otro de su mismo equipo, lo que permite que el conjunto conserve su estructura táctica. En este fluido sistema ningún futbolista tiene un papel asignado. Cualquiera puede ser un delantero, mediocampista y defensor, y así sucesivamente.
(**) Juego entre líneas es un término de nuevo cuño para el fútbol. Ha sido ‘archiutilizado’ por los comentaristas deportivos en estos últimos dos años (antes jamás lo escuché con tanta asiduidad) y viene a describir cómo Xavi, Iniesta y compañía ocupan el espacio libre entre las líneas defensivas y del centro del campo para dar continuidad al juego o girarse para dividir o encarar a la defensa rival.
(***) Movilidad sin balón. Oí hasta la saciedad discutir a los comentaristas televisivos en el post-partido que era fácil defender al poseedor con balón de España pero que, dada la enorme movilidad sin balón del resto de jugadores españoles, era difícil defender un ataque ordenado y posicionado del combinado español. Bendita movilidad sin balón que trajo Zego y su difundido sistema 4-0.
(****) La suela. Viendo un partido de fútbol sala pasa desapercibida la utilización de esta superficie del pie, pues es como el conducir y hablar, algo automático. Pero cuando Pedro, Xavi y Xabi Alonso o Iniesta la utilizan con la misma familiarización que lo hacen Kike o Javi Rodríguez, causan sensación mundial, y eso debe ser motivo de reflexión para todos los formadores de futuras generaciones de futbolistas.
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