La involución mata
Por: Alejandro Alcázar www.golsala.com
De un tiempo a esta parte el fútbol sala se quedó sin pedestal mediático. Analistas tiene la iglesia para desentramar la inquietante verdad. No seré yo quien lo haga, porque mi verdad seguro dista kilómetros a la de otros más sesudos y preparados. Pero esto no evita que me desahogue juntando letras (así nos llaman).
La repercusión de lo que sucede se ha vuelto muda. Intuyo. Quiero decir que no lo sé fehacientemente porque no escudriño a diario y con fruición. Intuyo que muchas heridas personales siguen abiertas. Que las miradas de desconfianza permanecen. Que los cónclaves de los 'solucionadores' continúan (aunque no solucionen nada) esforzándose en dar con la clave para que este deporte mudo vuelva a su edad de oro alcanzada a mitad de los 90. Pero es una opinión.
La crisis económica sirve de colchón para justificar el estancamiento. Puede ser. Aunque si comparo el fútbol sala (LNFS) con el baloncesto (ACB) o el balonmano (ASOBAL, qué siglas más grotescas), me cuesta entenderlo. Me cuesta entender, por ejemplo, la temporada que ha hecho Inter(viú), el club con más recursos que ha potenciado su estructura. Me cuesta entender que el MRA cerrara la tabla en las primeras jornadas de Liga y jugara la final ante ElPozo. Aunque eso es deporte y sobre la pista sí hay magos que cambian la dinámica para que entre o no la pelota (gracias Imanol).
A lo que iba. Hay que arañar para saber qué pasa en este deporte. Sólo en la red encuentras referencias. Algo es algo, aunque las organizaciones den de lado a quienes se esfuerzan por activar el interés del que lo sostiene (el aficionado), que cada día se distrae más y se fija en otras cosas que satisface su tiempo libre. Sí. Y no me cuenten milongas. El interés del aficionado es sinónimo del interés del patrocinador. Pero al aficionado no se le ha tenido en cuenta cambiándole algo con lo que disfrutaba de principio a fin y que ahora sigue entre bostezo y bostezo.
Yo me considero ahora un mero aficionado. Y así lo siento. Me ponen partidos en una cadena que dice querer impulsar el fútbol sala y que en las retransmisiones alcanza momentos interesantes. Pero no escucho a nadie decir lo contrario. O sea, que por medio del fútbol sala esa cadena intente tener más espectadores. Y tampoco sé qué cuesta a los clubes todo eso. Y la verdad, me engancho con la misma facilidad que me desengancho para zapear. Entiendo que el seguidor de un equipo no lo vea así, porque apuesta por sus colores y todo le afecta sea o no de su equipo. Pero el que no tiene colores, salvo el de la selección, le cuesta horrores seguir un partido completo. La realidad es que las gradas siguen desangrándose, porque el espectáculo tarda en llegar.
Espero y deseo con toda la fuerza del mundo que alguien dé el paso adelante y haga ver a quienes mandan que el espectáculo no sea tal y que la clave sea la evolución y no la involución. Las normas de juego no favorecen, por mucho que alguno se arriesgue a solicitar "valentía táctica". Porque esto es como todo, resultadismo al poder ("si no me echan"). Y más en los equipos de rango inferior.
Muchos verán un poso negativo en todas estas letras, pero nunca sobrepasa la involución que actualmente existe. Es un simple recordatorio de que la culpa de que esto esté como está no es de los clubes, dirigentes, jugadores, árbitros, estamentos, aficionados, gestores, entrenadores, médicos, fisios, utilleros, televisiones, radios, páginas web, periódicos, periodistas… de nuestro país, es simplemente que las reglas de juego ya no son las mismas.
Hubo un dirigente FIFA hace muchos años, en el Mundial 96 en España, que me susurró que su organización estaba asustada con el crecimiento del fútbol sala. Un deporte que le quitaba al fútbol licencias (dinero), interés (dinero), público (dinero), especialistas (dinero)… Seguro que ahora ya no lo están.
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